October 22, 2009

Rosas Negras, parte 1: El Inicio del Viaje

Hola a todo el que lee!

Aquí de nuevo, trayendo algo del Viejo Mundo a este blog. Por Viejo Mundo me refiero al mundo del que soy fanática desde mucho antes de Clamp, el mundo que comparto en fanatismo con Vicky. Estoy hablando del mundo de Saint Seiya. Y otra buena razón de llamarlo el Viejo Mundo es que la historia se desarrolle en el que nuestro occidente considera el Viejo Mundo, Europa.

Esto que pongo aquí es en realidad un fic de un rpg de SS en un foro, de ahí el formato que tiene y la razón de que la técnica de escritura sea una basada en acción y no literaria descriptiva como en otros temas. Esta historia está basada en el universo de SS pero no en los personajes del mismo. Es una historia independiente del resto que únicamente utiliza las bases filosóficas y de orden del mundo de los caballeros. Es un simple rpg en el mundo de Saint Seiya. Es por este motivo que no lo he subido a ff.net. Eso y que planeo alejarlo lo más posible de la saga de los caballeros en todo lo que pueda.

Encontré este escrito guardado mientras revisaba diferentes cosas. La página en la que se originó ya murió hace más de un año, los diferentes usuarios se fueron a diferentes foros para continuar con otras historias (algunos fue un alivio, otros una pérdida; todos sin mayor vida) o abandonaron el mundo de los foros para cumplir con sus obligaciones en el mundo real. Quien estuvo conmigo en esta historia hasta que se retiró se fue a continuar con su vida y a cuidar de su pequeña hija, pero aún seguimos en contacto de vez en cuando. Mejor dicho, lo veo conectarse cada tanto y por falta de tiempo la charla es corta. Fue él quien me instó a continuar la historia y dijo que la razón de que hubiera permanecido tanto tiempo en el foro fue para poder seguirla conmigo, que era lo único que valía la pena en ese foro moribundo.

Cuando comencé a crear la historia, había pensado en subirla a alguna de mis páginas, pero como continuaba en desarrollo, lo dejé de lado hasta poder darle una definición mayor en el formato necesario para convertirse en fic. Sin embargo, dado el paso del tiempo y el hecho de que no se puede continuar por el camino por el que iba debido al cierre de la página en la que estaba originalmente alojada, consideré que sería bueno ponerla en algún sitio, aunque sea en el estado en el que está. Al menos esto me daría el comienzo para en algún momento sacar la parte que iba a armar alejada del mundo del rpg. Como necesito una introducción a esa historia que iba a desarrollarse por sí misma, esta historia hasta donde llega será esa introducción.

Nota importante: esta historia tiene final definido por la etapa desarrollada. Dicho esto, comienzo con la primer parte.



Rosas Negras: El Inicio del Viaje.


No tenía mucho dinero pero los trabajos que conseguía en el camino la ayudaron a pagarse el viaje que hizo desde su casa sobre el río Shannon, en su desembocadura oeste en Irlanda, hasta llegar al Santuario de Athena en Grecia. En Limerick consiguió el dinero necesario y los papeles para poder viajar al continente en un avión que la llevaría hasta París, de allí simplemente caminaría o tomaría un tren hasta llegar a Grecia. Era una suerte que además del irlandés le hubieran enseñado el inglés desde pequeña, ya que era lengua universal en toda Europa. Su abuela era una descendiente de celtas muy tradicionalista pero, a pesar de que no le gustara la lengua de los usurpadores como ella la llamaba, sabía que era necesaria para poder sobrevivir sin ser molestados en el lugar. Fue por eso que le permitió aprender esta y otras, como el francés, el español y el bretón. Como decía su abuela, el saber otros idiomas te conecta con los espíritus y los dioses de sus culturas y te da poder para invocar su ayuda de ser necesario; puedes siempre utilizar sus conocimientos para generar soluciones diferentes. Además, mientras más idiomas sepas, más vas a poder comunicarte con los demás. Y te aviva la creatividad en cualquier situación. Y eso era lo que había utilizado para guiarse en su camino hasta allí.

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Su jardín secreto de rosas prosperaba a medida que avanzaba el verano. Ya había muchas flores y otras estaban por abrir. Con ayuda de los cánticos sagrados que le enseñó su abuela desde pequeña, ella podía hacer que incluso aquéllas plantas que no pertenecían al lugar dieran flor en la época adecuada. Desde que había encontrado esa rosa roja tirada cerca de la playa cuando tenía 7 años había decidido que intentaría revivirla y cuidar de ella, ya que era tan hermosa y de un rojo carmesí brillante que hipnotizaba al mirarla. La abuela Lillian como la llamaban todos en el condado la había instruído desde que tenía uso de razón en el cuidado de las plantas. Cada vez que salía de la pequeña isla en la que vivían para atender a algún enfermo o ayudar como matrona en algún nacimiento, Tilja la acompañaba cargando y organizando la canasta con todos los ingredientes necesarios para la delicada tarea de sanar un cuerpo agotado por alguna enfermedad o una mente turbada, ya que también era muy buena consejera, y hacía una deliciosa tarta de manzanas. La abuela Lillian era respetada como curandera y todos los campesinos e incluso algunos citadinos acudían en busca de sus curas milagrosas. Ella ayudaba y daba la cura con muchas invocaciones a espíritus y muchas reverencias y movimientos de mano, pero por lo bajo le guiñaba el ojo a su nieta con una sonrisa pícara.

"La gente supersticiosa viene en busca de mi ayuda porque creen que los atacan espíritus malignos que les provocan sus enfermedades y problemas y piensan que otros espíritus pueden quitarles esos problemas. Si lo que quieren es ver espíritus, un poco de teatralización les cura de ese problema, mientras las verdaderas medicinas hacen el trabajo con la enfermedad bacterial o viral del cuerpo. 

"Cada vez que trates con una persona enferma, debes asegurarte de curar todos los aspectos de la persona. Una pastilla puede curar el dolor de cabeza, pero mientras la persona siga pensando que el dolor se lo provocó el espíritu que vive en el camino que toma para ir a su trabajo, cada vez que pase por allí va a volver a tener dolor de cabeza. Si exorcizas al alma en pena, al día siguiente irá caminando por allí y no tendrá más dolor de cabeza. 

"Los espíritus verdaderos existen y coexisten con nosotros en nuestro ambiente. Están en cada árbol, cada animal, cada roca, en el río, en el bosque y en la montaña. Si ves a una flor florecer, ese es su espíritu, su vida. Si ves a una araña tejiendo una red, ese también es un espíritu. La naturaleza misma es un todo espiritual que no necesita de invocaciones para hacerse presente. Siempre estuvo y siempre estará allí para quien sepa ver." 

- Pero, abuela, ¿para qué entonces les cantamos esos cánticos a las plantas?

"Porque a las plantas les gusta la música y crecen más firmes y brillantes si se les da amor y cuidados. Esos cánticos son canciones populares que me enseñó mi abuela cuando yo era pequeña y que tienen muy buen sonido. A las plantas siempre parecieron gustarles así que se las canto siempre. Te enseñaré la letra para que puedas cantarlas mejor."


Un día en que estaba en la playa recogiendo algas encontró una rosa roja tirada cerca de un grupo de árboles. Al verla tan bonita se apoderó de ella un deseo de cuidarla y hacerla crecer, por lo que la llevó hasta un lugar especial que conocía protegido de las mayores inclemencias del clima y allí armó un pequeño parterre en el cual colocó la flor en su centro. Todos los días iba a cuidar de su pequeño jardín que se hacía cada vez más poblado, ya que había encontrado la forma de multiplicar la flor a través de su polen y ahora estaba todo lleno de capullos. Sin embargo, alrededor del parterre ya no crecía ninguna otra flor, solo algo de hierba sobrevivía, todo el resto se había marchitado. Esto lo notaba con algo de indiferencia debido a su embelesamiento por aquella flor brillante.

Un mes mas tarde, Tilja contrajo una terrible fiebre que comenzó a consumirla y no bajaba con ninguna medicina. Su abuela incluso había ido en busca de un doctor para que le recetara un antifebril para bajarla pero nada servía. Ni las drogas ni las hierbas que eran su vida podían ayudar a su nieta, que estaba muriendo poco a poco, debilitándose y consumiéndose por la fiebre. Como último recurso decidió llevarla hasta un bosque apartado, un lugar sagrado en el que se decía que en épocas antiguas se reunían los druidas para convocar los poderes de la naturaleza y mantener el orden natural. En ese lugar, durante el solsticio de verano, invocó sus poderes como alta druidesa y llamó a las divinidades para que salvaran a la niña. Para el atardecer la abuela volvía con su nieta en brazos a la casa.

Unos días más tarde, cuando ya había recuperado las fuerzas para salir nuevamente de la casa, lo primero que Tilja hizo fue ir a ver las rosas. Al llegar se encontró con que todos los capullos habían florecido, todos al mismo tiempo, y lanzaron sus esporas hacia todo alrededor, en donde estaban brotando nuevas plantas que ya tenían varios días de vida.

Todos los capullos habían florecido durante el solsticio de verano.

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Con sus pocas pertenencias en una mochila y la rosa negra en la mano se dirigió al Santuario. Miró la rosa, aún pensando en cómo era que, a pesar del tiempo transcurrido, aún siguiera sin marchitarse. Y aún más en cómo la obtuvo.

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Ultimamente ya no acompañaba tanto a su abuela en sus viajes ni la ayudaba lo suficiente en sus quehaceres y preparación de medicinas. Estaba en una etapa de rebeldía. Quería viajar fuera del país, quería conocer otros lugares, otras gentes. ¿Para qué le había hecho aprender idiomas si tenía que quedarse encerrada en ese lugar sin conocer esas culturas de las que le había hablado? ¿Para qué le había hablado de lo que nunca podría ver? Lo único que aún no le aburría del lugar era su pequeño jardín de rosas. Había logrado controlarlo para que no se expandiera fuera de los límites del lugar, cosa que nadie lo encontrara. Sentía que era especial y que debía de permanecer oculto, solo de ella y de nadie mas. Ese día su abuela había sido llamada de urgencia para ir hasta Prospect a curar a un enfermo de gravedad e iba a estar un par de días fuera, por lo cual salió a buscar a su nieta para darle las indicaciones necesarias antes de irse. Al no encontrarla en ningún sitio, comenzó a recorrer toda la zona apurada hasta que logró divisarla a lo lejos en un claro.

"Por fin te encuentro. Me tengo que ir un par de días a Prospect y vas a quedar a cargo de todo. Recuerda cubrir los lotes antes de irte en la noche para que el rocío no los arruine y debes ir al mercado en busca de provisiones..."

Se detuvo al acercarse y se quedó mirando las flores.

"Tilja, ¿qué es esto?"

- Es mi jardín de rosas. ¿Te gusta? Lo estuve cuidando bien y mira lo hermosas que se han puesto.

"Deshazte de ellas." 

- ¿Qué?

"Aléjate del lugar y deshazte de esas cosas. No son buenas."

- NO. Es mi jardín, son mis flores y yo hago lo que quiero con él. Si no te gusta no tienes por qué venir aquí. Pero no me desharé de mis preciadas rosas.

"Está mal. Esas flores no son buenas. Esas flores son dañinas. Aléjate de ellas antes de que---" La mujer se tambaleó. Se tomó la cabeza mareada. "Son malignas."

- Dices eso porque no las conoces. Sólo porque no sean medicinales ni del lugar no quiere decir que sean malignas. Yo las he cuidado siempre y jamás me han hecho daño.

"Deshazte de ellas y nunca más te acerques, es una orden." Su voz era firme aunque apenas pudiera mantenerse en pie.

- ¡NO! Me quitas la posibilidad de viajar, me quitas mis sueños, ¡pero no me quitarás mis rosas!

Al decir esto apuntó con el dedo hacia su abuela y un viento llevó pétalos de rosas hacia ella que la rodearon durante un minuto antes de dispersarse. La mujer cayó al piso con los ojos en blanco y completamente inmóvil. Tilja miró sin entender lo que sucedía, pero la alarma ganó y corrió hacia su abuela y levantó su cabeza. Nada podía hacerse, estaba muerta. Con los ojos anegados en lágrimas miró alrededor como buscando algún consuelo, alguna ayuda. Fue entonces cuando se dió cuenta por fin del hecho de que nada crecía alrededor de las rosas. Las rosas habían matado todo a su alrededor, incluyendo a su abuela. Ahora estaba sola.

Había perdido todo lo que quería y todo lo que conocía. El día del funeral fue al jardín por el cual había perdido a su única familia. En medio de las rosas rojas había florecido una rosa negra. Tomó la rosa negra entre sus manos, y en un impulso la cortó. Sintió que la energía que manaba de la flor la guiaba, hacia el sur, lejos. Ya no le quedaba nada más que la sensación de la flor en su mano.

Antes de partir y dejar atrás todo, quemó el jardín.

4 comments:

Yuuko Emeraude Taylor Clow said...

Wow... este fanfic realmente sí que me ha dejado de piedra... O_O de todos los que he leído por ahora, es el que más me ha gustado... y el que más me ha llegado al alma...

La verdad no sé qué decir...

Profundamente simbólico...

¿Escribirás el resto? *///*

Tomoyohime said...

Gracias! A mi también me encanta toda esta mitología ^-^

No te preocupes por el resto que está escrito hasta finalizar la etapa. Solamente no lo subí todavía porque quería arreglar ciertos errores de escritura. Como dije al principio, esto fue durante un rpg, por lo cual tengo que postear la parte hablada por mí y la parte hablada por la otra persona. Y la otra persona sabe escribir pero tiene errores. Tengo que rearmarle el texto para hacerlo fic xD

Yuuko Emeraude Taylor Clow said...

Ves? Eso mismo tenía que hacerlo yo en los trabajos compartidos de la universidad º-º XD! (no en todos sólo en algunos, claro) y al final todos con la misma nota XD

Tomoyohime said...

Rearmar los trabajos en formato de fic? Hm... No es mala idea... Creo que hasta ganarían puntos extras por ameno xD

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